Oh Señor, qué fascinantes son Tus ojos, Tus ojos de loto, tan hermosos y agradables. Tan tentadoras son sus dulces palabras, capaces de seducir incluso al erudito más erudito, que luego siente el encanto de su persona. A nosotros también nos atraen tus palabras, la belleza de tu rostro y tus ojos. Te lo suplicamos, ¡déjanos probar el néctar de tus labios otra vez! Oh Señor, las palabras que emanan de tus labios o las que describen tus actividades rebosan de néctar y es suficiente escucharlas o cantarlas para salvarte del fuego ardiente de la existencia material. Grandes devas, como Brahma y Siva, siempre se dedican a cantar las glorias de Tus palabras, y al hacerlo aniquilan el efecto de los actos de culpa cometidos por todos los seres de este mundo. Sus palabras sublimes pronto transportan a quienes las escuchan al nivel de los actos virtuosos y despiertan una alegría completamente espiritual en los Vaisnavas; y los hombres santos que hacen todo lo posible para difundir Tu mensaje sublime en el mundo representan la perfección de la caridad “.
Del libro de Krishna “Canto de las gopis”
Srila Prabhupada
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