El Yamunã y el árbol Kadamba son Mis mejores amigos en el final de mi vida, Radharani

Hare Krsna.

Reverencia a los Vaishnavas !

Uddhava se dijo para sus adentros,

“Ofrezco mis reverencias a los pies de loto de las doncellas de Vrajabhumi.  Deseo obtener algo del polvo de sus pies de loto porque cuando ellas cantan krsna-gitã, krsna-lilã kãhãni, todos los bellos pasatiempos de Krsna en Vrajabhumi, purifican los tres mundos.  Quiero tomar el polvo de sus pies de loto y ponerlo sobre mi cabeza. Lo usaré como adorno. Si puedo tenerlo, mi vida se ha vuelto un éxito. Y así mi corazón, que está seco de jñana, será humedecido con algo de melosidad. Así lo creo”.  (SB 10.47.63)

Un Cerrojo Muy Fuerte.

 

 Mientras pensaba de ese modo, Uddhava llegó al kuñja donde yacía Rãdhãrãni. Rãdhãrãni es la personificación del krsna-viraha. Si la separación de Krsna asume un cuerpo, eso es Rãdhãrãni. Sus ocho sakhis íntimas están sentadas alrededor Suyo.  Ella yace en el suelo, con la cabeza en el regazo de una de Sus compañeras.  Todo Su cuerpo está frío, como sin vida.  Si la vida se va, el cuerpo se enfría.  Rãdhãrãni se encuentra en esa condición de agonía; apenas si puede hablar.  Con una voz muy débil, Ella dijo a Su   compañera, “Esta separación de Gokula-pati, Krsna, Me está quemando como una fiebre alta”.

El dolor agudo de separación crea una fiebre de 110 grados.  Con esa temperatura, la persona muere.“Oh sakhi, este calor es más penoso que un veneno mortal, kãla-kutavisa. Es más insoportable que la caída del rayo de Indra. El dolor de la separación horada a cada instante Mi corazón, aniquilándolo completamente.  Oh sakhi no lo puedo tolerar ya más.  No veo la necesidad de seguir en este cuerpo.  Quiero abandonarlo de inmediato”.  Rãdhãrãni se quedó en silencio por unos instantes, luego dijo, “Oh sakhi, la muerte no Me llega. Hay un gran obstáculo que evita que la muerte venga a Mí. Un gran impedimento en el camino”.

 

            Esto es descrito por Rupa Gosvãmi en su Lalitã-mãdhava.

 

bhrãtur vãyasa-mandali mokola he niskramya gosthaditah

sandesamvada vandanottaram amum vrndãtavindrãya me

dagdhum prãna-pasum sikhi viraha-bhurindhe mad-angãlaye

sandram nãgara-candra bhindini rabhasãd ãsãrgala-bandhanam

 

 Súbitamente, Rãdhãrãni miró Al cielo. Un cuervo vuela en dirección a Mathurã. Señalándolo, Ella dijo, “¡Eh, cuervo! ¡Aquí! ¡Por aquí! ¿Vas a Mathurã?  Por favor, óyeme. ¡No vayas a ninguna otra parte! Ve directamente a Mathurã. Allí encontrarás a un Rey de nombre Mathurãnãtha.  Cuando lo hagas, ofrece tus reverencias y entrégale este mensaje. Cualesquiera mensajes yo te dé, entrégaselo. ¿Entiendes? ‘Si una casa está en llamas, ¿cuál es el primer deber del dueño? El primer deber es que, si hay animales domésticos, hay que soltarlos.

 

 Uno puede quemarse vivo, pero ellos no deben quemarse. Mi cuerpo es como una casa que ahora se incendia. ¿Y Quién le ha prendido fuego a esta casa?  Es Krsna quien lo ha hecho. Díselo. Oh, cuervo, díselo. Mi vida es como un animal doméstico, prãna-pasu, mas ahora no se puede ir. ¿Y porqué no?  Este animal no puede salir porque hay un cerrojo muy fuerte en la puerta. Que venga Krsna y lo destrabe’.

            Luego Rãdhãrãni le dijo al cuervo, “Si quieres saber qué es ese cerrojo, te lo diré. Cuando Krsna partió de Vrajabhumi, nos dijo: ‘Regresaré, regresaré’.  Esa promesa es el cerrojo tan fuerte. Solo con esa esperanza sobrevivimos. Pero Krsna no regresa.  Entonces, que venga y lo destrabe”.

 

            Tal es el temperamento de Rãdhãrãni, sintiendo los agudos dolores de la separación de Krsna y muriendo. Toda la casa, Su cuerpo, está en llamas. Y el prãna-pasu, Su vida, que es como un animal doméstico, ahora se está incendiando. No podía salir. Rãdhãrãni le dijo al cuervo, ‘Este es el cerrojo tan fuerte en la puerta, de modo que Él tiene que venir a destrabarlo. Esto es, que Se desdiga de Sus palabras”.

 

            Rãdhãrãni se quedó en silencio por un momento. Luego, mirando a Sus asta sakhis, Ella dijo, “Oh Mis queridas amigas, llévenme ya a la orilla del Yamunã. Colóquenme debajo del árbol Kadamba, en su orilla, porque el Yamunã y el árbol Kadamba son Mis mejores amigos en el final de mi vida.

Tomen un poco de barro del Yamunã y unten todo Mi cuerpo con él. Después de eso, escriban ‘Syãma, Syãma, Syãma, Syãma’en todo Mi cuerpo. 

Seguidamente, tomen algunas tulasi-mañjaris y pónganlas en Su nombre, porque el nombre de Syãma y Syãma no son diferentes, nãma-nãmi abhinna. Así pues, colocando algunas tulasi-mañjaris en el nombre de Syãma, todas ustedes deben sentarse alrededor Mío. Luego, cuando salga Mi aliento vital, en ese momento, todas clamen ‘ ¡Hari! ¡Hari! ¡Hari!’.(Tomado del Terraplén de la Separación , Gour Govinda Swami Maharaj)

 

Srimati Rãdhãrãni Ki …Jay ¡,

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