“No mucho tiempo después de la llegada de los hijos de Pandu, llegó Vyasa y fue recibido con todos los honores en la ciudad de los Kurus.
Al día siguiente, el sabio quiso hablar con su madre.
‘Se están acercando tiempos sombríos, dijo. Este es el momento en que la verdad será temporalmente cubierta por la impiedad y la falsedad. Mucha sangre y las lágrimas de madres, esposas, hijos, amigos y parientes fluirán en estas tierras. No pasará mucho tiempo para que en este mundo no haya nadie que no tenga alguien por quien llorar.’
Satyavati estaba alarmada por las palabras de su hijo.
‘¿Qué dices? ¿Qué va a pasar y quién va a llorar a sus seres queridos?’
‘Los hijos de Dhritarastra son malvados, y debido a su maldad toda la estirpe de los Kshatriyas de la tierra va a morir en una guerra terrible, explicó Vyasa. No hay nada que se pueda hacer para evitarlo, porque Dhritarastra no quiso seguir el consejo de Vidura en el momento del nacimiento de Duryodhana. Esta guerra es buscada por los Devas y por el Señor Supremo. Pronto mucho dolor fluirá como una maldición sobre toda Bharata-varsha.’
Satyavati sabía que las palabras de Vyasa no podrían haber sido una equivocación, por lo que, sin querer asistir a esos eventos catastróficos, anunció que quería retirarse a una vida de meditación en el bosque.
Ambika y Ambalika quisieron seguirla.”
Esta es una sección del libro “Maha-bharata Vol. 1”, en Espanol.
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