Nanda Baba desestimó sus palabras con una gran risa.
Él dijo:
“Venerables señores, los he escuchado con respeto, pero no veo en Krishna ni el más mínimo indicio de semidiós o deidad suprema. Lo conozco desde su nacimiento. ¿Tiene Narayana hambre o sed? Este niño llora cincuenta veces al día pidiendo pan y mantequilla. ¿Acaso Narayana roba y miente tanto? Este niño se cuela en las casas ajenas y les roba la mantequilla, dice tantas mentiras y hace tantas travesuras. Las gopis de los alrededores juegan con él y lo hacen bailar por un puñado de yogur y un laddu. Sea quien sea, ha nacido en nuestra casa como nuestro hijo; por lo tanto, es nuestro deber criarlo para que se convierta en un hombre ideal, con excelente conducta y lleno de buenas cualidades. Tenemos que recordar algo: en la ceremonia de nombramiento de Krishna, Gargamuni predijo que este hijo nuestro tendría cualidades similares a las de Narayana. Eso lo explica todo.”
Esta es una sección de “El libro de Nandagrama”, en español.
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