Duryodhana es humillado

“Después de ofrecer sumos respetos a los Rishis, los Reyes se despidieron y regresaron a sus reinos. Poco a poco, según iban saliendo, los Pandavas a su vez les rendían reverencias de acuerdo con sus respectivos méritos. En los días que siguieron también Krishna partió hacia a Dvaraka.

Yudhisthira invitó a Duryodhana, a Karna, a Dussasana y a Sakuni para para que se quedaran en Indra-prastha, con la intención de otorgarles un trato especial con el fin de calmar la envidia que sentían contra él. Los Kuravas, fascinados por la magnificencia del fantástico Sabha que Maya Danava había construido, aceptaron visitarlo con más calma.

También llego el día de la salida de Vyasa.

‘Yudhisthira, dijo el sabio, pongan mucho cuidado en cómo tratan a Duryodhana. No le falten al respeto de forma alguna. Después de la muerte de Sishupala han aparecido presagios que anuncian mucha sangre. También Narada, mi Guru, me confirmó que se están acercando temporadas terribles.

Las páginas del libro de la historia del mundo se llenarán de muerte. El destino ha ordenado la destrucción de todos los Kshatriyas de la tierra. La maldad de Duryodhana y la fuerza de Bhima, el valor de Arjuna y la belleza de Draupadi serán la causa de una matanza infinita. Estad en guardia, por lo tanto, y asegúrense de que, si eso tuviera que suceder, no sea causado por su negligencia sino por la voluntad del Señor.’

En los días que siguieron, Duryodhana visitó atentamente la Sabha. Nunca había visto nada igual. ¡Que esplendor! ¡Cuánta divina belleza! Mientras observaba aquellas maravillas nunca vistas en todo el mundo se volvió cada vez más consciente del hecho de que de la nada, los Pandavas fueron capaces de construirse una fortuna mucho mayor que la suya, que era una herencia milenaria. Una vez más la envidia insoportable de siempre ardía en su corazón.

El destino quiso que mientras estaba absorto en tales pensamientos, no se diera cuenta de que lo que parecía un suelo de mármol era en realidad un lago en el interior, y cayó adentro de este, mojándose por completo. De nada sirvieron las atenciones de Yudhisthira, quien de inmediato envió algunos sirvientes para que secaran a su primo, quien estaba colmado de rabia.

Pero la pésima suerte de Duryodhana aún no había terminado. Mientras continuaba la visita, pensando que en el medio de un jardín había un pequeño lago, recogió su vestido para cruzarlo, pero luego se dio cuenta de que se trataba del reflejo creado por el brillo de las gemas. Luego, sin darse cuenta, se golpeó contra los cristales de una puerta tan transparente como para no ser vista. Además, trató de abrir una puerta que en realidad era sólo un efecto de luces.

En vano Yudhisthira había prohibido a Bhima y Draupadi el cometer cualquier falta de respeto hacia su primo, porque siendo testigos de estas desventuras ellos se habían reído de él delante de todos.

La humillación de Duryodhana era abrasadora; por lo que se había retirado a su habitación sin querer ver más nada.

Durante la noche, Duryodhana no pudo dormir, torturado por la idea de la gran fortuna de sus primos. Ahora pensaba en una sola cosa: cómo destruirlos, la manera de verlos en desgracia y en el sufrimiento más intenso posible. Ya el odio se había vuelto tan fuerte que no se podía controlar.

 Al día siguiente regresó a Hastinapura.”

Esta es una sección del libro “Mahabharata, vol. 1”, en Espanol.

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