“Cuando Duryodhana llegó a Kurukshetra su ejército ya había acampado allí hacía varios días. Inspeccionó el ejército junto con sus amigos y aliados y en el curso de una reunión encargó en persona a Kripa, Drona, Salya, Jayadratha, Sudakshina, Kritavarma, Asvatthama, Karna, Bhurisrava, Sakuni y Somadatta para que cada uno controlara un akshauhini.
Era un verdadero espectáculo ver las maniobras de ajuste y preparación de esos millones y millones de soldados, caballos, elefantes y carros que se movían y se acomodaban en posición de combate.
Durante el curso de la preparación, el mismo concejo tuvo elegir a la persona que se consideraba sería la más adecuada para tomar la guía de todo el ejército. Duryodhana ofreció el mando supremo a Bhishma y su decisión recibió el consentimiento unánime de los presentes.
‘Acepto conducir a tus tropas en esta guerra absurda’, dijo el hijo de Ganga, ‘y te prometo que cada día exterminaré a tus oponentes por millares. Pero aceptaré esta posición con estas condiciones: la primera es que no voy a matar a los cinco Pandavas, y la segunda es que no me enfrentaré a Shikhandi, quien nació mujer.
Shikhandi es Amba reencarnada, a lo que causé un perjuicio importante en su vida anterior: por eso siento que no debo luchar contra ella.
Aparte de eso, hice mi solemne promesa de que voy a estar en el campo de batalla como la muerte personificada y sembraré el terror entre tus enemigos. Pero tengo una cosa que pedirte.’
‘Como nuestro comandante, debemos estar dispuestos a cumplir con todas sus solicitudes’, dijo Duryodhana en nombre de todos.
‘No quiero estar junto a Karna en el campo de batalla’, continuó diciendo Bhishma. ‘Su arrogancia me indispone y entonces tendría que abstenerme de luchar. Si no es así, no voy a luchar en absoluto.’
Ante estas palabras, Duryodhana se sorprendió. No sabía qué decir. No era un secreto para nadie que serían días difíciles y que necesitaría la ayuda de todos, sobre todo de su mejor amigo, quien era quizás el único que no escatimaría esfuerzos para matar a los Pandavas. Sin embargo, fue el mismo Karna quien se quitó del medio.
‘No te sientas embarazado por mí. Creo que no debo permanecer en el campamento mientras sea Bhishma quien guíe nuestras tropas. En verdad, yo tampoco quiero pelear con él. Pero cuando caiga por los golpes de Shikhandi, voy a venir al campo de batalla y mataré a Arjuna, por lo que te conduciré a la victoria.’
Después de pronunciar estas palabras, Karna salió de la tienda.
Bhishma fue aclamado por todos como el comandante en jefe del ejército Kurava.”
Esta es una sección del libro “Mahabharata, vol. 1”, en Espanol.
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