Abhasa, Reflejo devocional

Preguntas:
Espero se encuentren bien. Acudo a ustedes para hacerles la siguiente consulta.
Publicaron en mi Facebook este comentario de SS Hridayananda Maharaja, y me pareció importante. Me siento tan estancado en mi práctica devocional y sin duda estoy en apenas el reflejo del bhakti, si acaso. Me ayudaría mucho su opinión sobre esto.
El comentario de Maharaja es este:
“Las ciencias sociales confiables nos dicen que después de una experiencia de conversión notable, las personas muchas veces experimentan algunos años de idealismo y de dedicación altruista. Eso fue sin duda el caso de los discípulos de Prabhupada.
Por supuesto, existen beneficios eternos para el gran servicio que hicieron, más el Shastra habla de bhakti-abhasa, o reflejo de bhakti o poca profundidad abhasa, el reflejo de poca profundidad. La idea es que alguien puede mostrar síntomas como gran entusiasmo, austeridad, devoción, etc. pero no estar en una etapa madura del bhakti. Por lo tanto uno puede caer”. – Hridayananda das Goswami
Mi consulta específica y la que me hacen algunos devotos, es: ¿cómo superar esta etapa de bhakti-abhasa y no autoengañarse o simplemente ser conformista?

Muchas gracias
Caitanyadeva Dasa

 

Respuesta:
Le envio aquí mi perspectiva sobre el punto que planteo.
Es normal que al comienzo un devoto sea entusiasta y  le falte madurez. Al comienzo de cualquier cosa uno es neófito, en consecuencia, inclusive su mismo entusiasmo, puede ser imperfecto, comparable a una sombra (abhasa). Abhasa significa una cosa que tiene una forma parecida al objeto original, más no su substancia. Como un árbol que se refleja en el agua. El árbol en el espejo del agua tiene la apariencia completa de un árbol, pero si trata de tocarlo tocará agua y no un árbol, una forma sin substancia. Las proyecciones de Maya pueden confundir inclusive a grandes Devas y Rishis (muhyanti yat surayah, Srimad-Bhagavatam 1.1.1)
En el caso del árbol y del agua la analogía es imperfecta porque no es completamente verdadero que bhaktyabhasa no tenga una parte de sustancia. En este estadio los devotos pueden hacer cualquier tipo de error, que parece grande y escandaloso solamente por presiones sociales y a la vez por fobia resultante de la presencia de los mismos deseos frustrados que se están criticando.
La analogía del estudiante y de la escuela es apropiada. Cuando uno comienza a estudiar es perfectamente normal que cometa errores. Srila Prabhupada una vez dijo, no me sorprendo de  quienes se van, me sorprendo de aquellos que se quedan. Aun devotos muy cercanos a la perfección pueden caer, como Bharata Maharaja. “Daivi hyesa gunamayi mama maya duratyaya” (Bhagavad-gita 7.14), Maya es muy difícil de vencer porque es de origen divina. Los devotos no tienen que ser vistos con antipatía a raíz de haber caído, más bien con simpatía porque trataron de no caer.
Al comienzo una buena parte del servicio devocional es una forma sin substancia, o para ser más preciso, con substancias incompletas (bhaktyabhasa).
Sin embargo el principio de aceptabilidad de una caída no se puede aplicar a devotos que deliberadamente aceptan ascender a posiciones altísimas, como Guru y Sannyasa, y que tienen responsabilidades públicas. Ni el caso de Bharata Maharaja se aplica aquí porque él era un sabio que vivía en el bosque y no tenía cientos de discípulos. Si uno no está seguro de poder controlar sus urgencias humanas no debe aceptar ponerse en estas posiciones. Si pasa, como puede pasar, que los deseos se manifiestan de nuevo, este devoto debe aceptar aun sufrir, pero no caer, tenga o no razones para el desliz.
Ahora llegamos al punto de cómo superar el plano de lucha contra deseos y malentendidos filosóficos, ir más allá de bhaktyabhasa y en fin, vivir con paz mental la vida espiritual.
Para entender el proceso de regreso a Goloka Vrindavana se debe entender el proceso inverso, el porqué nosotros somos caídos. No importa como pasó, no hay duda de que hemos caído por nuestro deseo. Es imposible que haya sido de otra manera.
Ahora para regresar es necesario desarrollar el deseo opuesto, precisamente el de purificar nuestro deseo, hasta de llegar a desear el justo.
Seguimos con la analogía del estudiante. ¿Cuando el estudiante deja de incurrir en errores en sus tareas? Claramente cuando se vuelva cualificado como profesor. Para ascender a la posición de profesor el estudiante tiene que seguir estudiando, años tras años, esforzándose en sus tareas siguiendo las instrucciones de los maestros. En la universidad no hay baritas mágicas para tomar un título. Que le guste o no, él tiene que seguir estudiando y no hay duda de que un día él será cualificado para el título y la posición de profesor.
En conciencia de Krishna el profesor es el devoto puro de Krishna. Así como deliberadamente hemos venido a este mundo material, similarmente de manera libre y espontánea tenemos que desarrollar el deseo de regresar a amar a Radha y Krishna en Vrindavana. Un día cantamos Hare Krishna y nos gusta cantarlo, otro día no, no sentimos ningún placer y preferimos hacer algo diferente, pero tenemos que hacerlo, independientemente de que nos guste o no.
Un malentendido común entre practicantes de la conciencia de Krishna es que uno viene aquí para ser feliz y seguirá estando aquí hasta que siente felicidad. La felicidad del comienzo de nuestra vida espiritual es también un abhasa, una sombra. No es perfecta. Así como existe bhaktyabhasa, existe anandabhasa, una felicidad aparente causada por los accidentes de nuestra vida que son como burbujas de jabón: en pocos minutos se van y volvemos a sentirnos vacío.
La felicidad verdadera viene del dharma, deberes, disciplinas. No debemos hacer cosas solamente porque nos gustan, sino porque son justas.
Vaidhi-bhakti, que es una parte de sadhana-bhakti, nos permite superar bhaktyabhasa y situarnos en ragatmika-bhakti, que es una característica de prema-bhakti.
Cuando nos situamos en este supremo estado nunca vamos a arrepentirnos de lo que habremos perdido renunciando a las ofertas de este mundo ilusorio, que promete y nunca mantiene. La felicidad del mundo material es una proyección al futuro. No existe la felicidad al presente. Cuando alcanzamos algo placentero al presente la proyectamos al futuro en la forma de seguimiento y de esperanza de una felicidad más completa. De esta manera el alma condicionada pasa de ilusión en ilusión, de cuerpo material en cuerpo material.
En fin, la práctica incondicionada e ininterrumpida (ahaituki-apratihata) nos libera de todos los abhasas y nos da la perfección de la vida, el servicio amoroso de Sri Sri Radha Krishna en Vrindavana.

Hare Krishna
Su sirviente
#Manonatha Dasa (ACBSP)

 

 

 

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