Desaparición de Srila Bhaktisiddhānta Sarasvatī Gosvāmī Mahārāja Prabhupāda

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Hare Krsna

Reverencias, compartimos lo que Srila Prabhupada dijo el Día de desaparición de su Guru Mahārāja. Los Ángeles, 9 de diciembre de 1968.

Hoy es el día de la desaparición de mi Guru Mahārāja, Oṁ Viṣṇupāda Paramahaṁsa Parivrājakācārya Aṣṭottara-śata Śrī Śrīmad Bhaktisiddhānta Sarasvatī Gosvāmī Mahārāja Prabhupāda.

Por lo tanto, debemos hablar acerca de su vida y de su obra.

Él nació en 1874 en Jagannatha Puri. Su padre, Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura, era magistrado y un gran Vaiṣṇava. Él estaba difundiendo el movimiento de Śrī Caitanya Mahāprabhu y envió muchos de sus libros al occidente — a la Universidad McGill, en Canadá. Él esperaba que algún día las personas de occidente se interesaran en la filosofía de Śrī Caitanya Mahāprabhu. Ese era su deseo.

Desde el principio de su vida, Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura fue un brahmacārī; nunca se casó. Y cuando Bhaktivinoda Ṭhākura vio en su carta astral que “este niño predicará muy bien el movimiento de Śrī Caitanya Mahāprabhu”, le dio el nombre de Bimala Prasāda. Más tarde llegó a ser conocido como Bhaktisiddhānta Sarasvatī.

Desde niño fue muy inteligente. Cuando era estudiante, era tan erudito que los mismos profesores de la universidad solían consultarle sobre varios temas.

Después de la desaparición de su padre, comenzó un nāma-haṭṭa, una especie de “mercado del santo nombre”, para distribuir el mahā-mantra. Así inició su predicación. También ofrecía regularmente clases sobre el Śrīmad-Bhāgavatam.

De esta manera, Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura aceptó sannyāsa en 1918 y, en 1919, fundó la institución Gauḍīya Maṭha. Predicó con mucha fuerza. En apenas quince o dieciséis años expandió su misión a sesenta y cuatro centros en toda la India.

Además, envió a uno de sus discípulos a Londres y a otro a Alemania. Su movimiento era muy vigoroso; por ello, se le conocía como simha-guru, “el maestro león”.

Uno de sus discípulos vino a mí más tarde y me dijo: “¿Por qué no predica usted el mensaje de Śrī Caitanya Mahāprabhu en los países occidentales?”. En ese momento yo era un hombre casado. Pensé: “Mi Guru Mahārāja quería hacer esto. Si alguien va, será algo muy bueno”.

Por su misericordia, eso ahora está ocurriendo.

Hoy, pues, es el día de la desaparición de mi Guru Mahārāja, y ustedes tienen la oportunidad de ofrecer sus respetuosas reverencias a sus pies de loto.

Había una historia muy bonita — ya se las conté el otro día — acerca de un sabio que daba diferentes tipos de bendiciones a distintas personas.

A un hijo de rey, un príncipe, le bendijo diciendo: rāja-putra ciraṁ jīva — “Hijo de rey, vive por siempre”. Al hijo de un sabio, un muni-putra, le dijo: mā jīva mā jīva — “No vivas”.A un santo, un sādhu, le bendijo diciendo: jīva vā mara vā — “Vive o muere, como desees”. Y a un carnicero le dijo: mā jīva mā mara — “No vivas ni mueras”.

El hijo del rey quedó asombrado y le preguntó al sabio:
“Señor, entiendo que a mí me bendijo diciendo ‘vive por siempre’; al hijo del sabio le dijo ‘no vivas’; al santo ‘vive o muere’; y al carnicero ‘no vivas ni mueras’. ¿Cuál es el significado de todo esto?”

El Sabio respondió!

“El hijo del rey disfruta de placeres materiales y lujos; por lo tanto, está cada vez más enredado en la vida material, así que debería vivir por siempre, para continuar su enredo. El hijo del sabio está practicando austeridades, Tapasya, buscando la liberación; por tanto, debería morir pronto, para alcanzar la liberación. El santo (sādhu) está siempre ocupado en el servicio de Kṛṣṇa; viva o muera, siempre está con Kṛṣṇa. Y el carnicero solo se dedica a matar animales; su vida es miserable, y después de la muerte sufrirá aún más. Por eso, ni debería vivir ni morir.”

Esta es, pues, la posición del sādhu. Para un devoto no hay diferencia entre la vida y la muerte. Jīvan-muktaḥ sa ucyate — incluso mientras vive en este cuerpo, ya está liberado. Y cuando deja este cuerpo, regresa al mundo espiritual, a Dios. Eso es la verdadera liberación.

Por eso, en el día de la desaparición de un Vaiṣṇava, no debemos sentir tristeza, porque él va hacia Kṛṣṇa. Pero sí debemos lamentar que no podamos verlo físicamente.

Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura, aunque no está presente físicamente, sigue estando presente por medio de sus palabras. Existen dos formas de presencia: Vapu (presencia física) y Vani (presencia a través de las enseñanzas). Así que, aunque el Vapu no esté presente, el Vani continúa.

Por lo tanto, debemos aprovechar la Vani, las palabras y enseñanzas del maestro espiritual.

Muchas gracias.

Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura Mahārāja Prabhupāda ki… Jaya!

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