Hablar de Deseo

Hablar de deseo

Pregunta: ¿De dónde viene el deseo?

El deseo es producto de nuestra emocionalidad, y la emocionalidad es instintiva, irracional. Como instrumento de conocimiento, nuestra inteligencia es mucho más confiable que nuestros sentimientos. Es por esto por lo que el Vedanta-sutra no dice “trata de sentir dentro de ti…”, sino que recomienda COMPRENDER, es decir, “captar” la entidad espiritual a través de nuestra inteligencia, que es el mejor medio que tenemos actualmente para continuar el difícil camino.

Por lo tanto, puede ser que la afirmación “la felicidad es la consecución de nuestros deseos” pueda ser correcta, pero entonces también debemos establecer de qué deseos estamos hablando.

Ahora veámoslo desde otro punto de vista: ¿por qué el hombre busca la felicidad? La respuesta es obvia: porque aún no lo ha encontrado. Si lo hubiera encontrado, no lo buscaría; ¿Quién busca algo que ya tiene? ¿No ves lo ocupado que está el hombre? Parece casi desesperado en su frenesí. Sin embargo, hay cosas en el mundo, comodidades, objetos y situaciones que deberían darnos alguna satisfacción. Y hemos visto en numerosas y matizadas estadísticas que la mayor frustración, especialmente entre los jóvenes, se encuentra precisamente en los países con mayor desarrollo económico y tecnológico. ¿Cómo es que todo esto? No me digáis que la conclusión es forzada, porque no hace falta mucho para llegar a la conclusión de que las cosas materiales, las externas a uno mismo, a nuestra verdadera naturaleza, no pueden dar felicidad; incluso cuando estemos convencidos de lo contrario, esos no reflejan nuestros verdaderos deseos,

Pregunta: ¿Por qué queremos la felicidad a toda costa? ¿No podríamos estar contentos con lo que tenemos sin exigir siempre más?

Porque, como veremos mejor más adelante, esto es parte de nuestra naturaleza; simplemente estamos buscando en el lugar equivocado. ¿Entonces lo que hay que hacer?

Empecemos tomando la frase “queremos felicidad” y veamos que en ella hay tres elementos diferentes, que son:

1) nosotros,

2) la voluntad,

3) felicidad,

y comenzamos preguntándonos: nosotros, ¿quiénes somos los que queremos la felicidad? ¿Cómo estamos hechos?

Ésta, según los Vedas, debería ser la primera cuestión de nuestra vida, la más importante: sin esta base todo lo demás sigue siendo lo que es, sin sentido. Porque si no establecemos primero lo que somos, será imposible establecer el mecanismo correcto del deseo y el objeto de nuestra investigación, es decir, la felicidad. Asegurémonos de no cometer errores graves: no debemos arriesgarnos a tomar decisiones fundamentales en nuestras vidas si no desatamos este nudo primero.

Entonces será necesario también analizar bien las características del deseo y sus mecanismos correctos. Sólo entonces podremos decir que sabemos qué nos hará verdaderamente felices.

Abordemos el primer punto: ¿quiénes somos?

 

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