De esta manera, ella logró confinar a Radha en la casa.
Al estar restringida de esta manera, el sufrimiento ardiente resultante que sienten Radha y Krishna debido a que no pueden verse entre sí es tan intenso que ni siquiera la propia Sarasvati podía describirlo.
Para extinguir el ardiente fuego de Radha de la separación de Krishna, las Sakhis hicieron para Ella un lecho frío de pétalos de loto embadurnado con una pasta de alcanfor y sándalo.
Sin embargo, cuando Radha tocó esa cama, los pétalos instantáneamente se marchitaron y secaron con el calor de su cuerpo febril.
¿Cómo Sri Radha va a ser capaz de pasar veinticuatro horas sin ver a Sri Nanda-nandana?
Ella no puede tolerar ni siquiera esos breves momentos en los que Sus párpados parpadean y Su visión de Él está obstruida. Ella condena a Brahma, el creador, por crear párpados, y reza por nacer como un pez con ojos que nunca se cierran.
Por consiguiente, cayendo sin sentido sobre el lecho de flores, quemada por la fiebre de la intensa separación de Krishna, Radharani se volvió completamente inconsciente de lo que le rodeaba; si alguien intentaba dirigirse a Ella, las palabras ni siquiera entraban en Su oído, y Ella simplemente se acostó allí con Sus ojos aturdidos completamente inmóviles y ciegos.
Esta es una sección del libro “Sri Camatkara Candrika”, en Espanol.
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