Dasaratha se bajó rápidamente del carro y ofreció todos los honores al brahmana que un día adoptó la vida del guerrero. Pero era evidente que Parasurama tenía un propósito muy específico para detener la columna del rey. Se escuchó su voz, resuelta, solemne:
“¿Dónde está tu hijo Rama?”
Rama dio un paso adelante e inclinó la cabeza con respeto. Parasurama lo miró.
“Has cometido el sacrilegio de romper el arco de Shiva y debo castigarte por ello.”
Dasaratha estaba aterrorizado. Trató de hablar con el poderoso brahmana, pero él lo ignoró: solo tenía ojos para Rama.
“Hay un arco similar al que rompiste,” continuó diciendo Parasurama. “Esos dos arcos fueron hechos por Visvakarma y sirvieron en la pelea que iba a decidir quién era el más fuerte entre Vishnu y Shiva. No entiendo cómo pudiste haber roto ese arco, pero quiero ver si puedes sostener el otro en tu mano.”
Esta es una sección del libro “Ramayana (Tal como es)”, en Espanol.
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