Rama no tenía ningún apego a la gloria o a la felicidad que se pueden obtener en este mundo. Meditando en el mundo espiritual y en la Suprema Personalidad de Dios, primero fue a ver a su madre y le dio la terrible noticia. Con el corazón roto por el dolor, Kausalya lo abrazó y le deseó toda la suerte. Entonces Rama fue adonde su hermano Laksmana y le dio la noticia. Laksmana no podía creer lo que oía.
“¿Que te irás al exilio? No lo puedo creer.”
Rama le contó los detalles; le contó de Kaikeyi y Manthara y del complot del que había sido víctima. Laksmana sintió que su corazón explotaría de ira.
“¿Cómo puedes aceptar semejante injusticia? ¡Reacciona! Envía a nuestro padre Dasaratha al exilio ya que ha demostrado ser demasiado débil dejándose dominar por Kaikeyi. ¡Y que se vaya con ella al exilio! Si no te apetece hacerlo, solo asiente con la cabeza y yo, con mi espada, los obligaré a irse de inmediato.”
A Rama le molestaron las duras palabras de su hermano.
“¡Laksmana! ¿Cómo puedes hablar de nuestro padre en estos términos? ¡Y también de Kaikeyi! ¡No hables así de ellos! Dasaratha no está apegado al trono ni a nada más. ¿Olvidas que me iba a coronar y se iría al bosque? Incluso si están cometiendo una injusticia, siempre debemos amarlos y respetarlos. Nuestro padre está obligado por su ética kshatriya y Kaikeyi, definitivamente, actúa bajo la voluntad suprema de Dios. Así que, ten fe y no te aflijas.”
Pero Laksmana estaba inconsolable. Jadeaba, como si no pudiera controlar su ira. Insistió mucho en acompañarlo al bosque y finalmente Rama tuvo que aceptar.
Esta es una sección del libro “Ramayana (Tal como es)”, en Espanol.
Para comprar el libro completo, haga clic aquí
Post view 186 times
Leave a Reply